
Vacunas, ciencia y salud pública: no hay lugar para el negacionismo
Por Nicolás Kreplak -Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires-, para Tiempo Argentino.
El funcionario provincial alerta sobre la reciente decisión del Estado de Florida de eliminar la obligatoriedad de la vacunación, advirtiendo que esta medida no es un hecho aislado, sino parte de una corriente negacionista, terraplanista y anticiencia en expansión global, capaz de socavar décadas de avances sanitarios.
Kreplak destaca que las vacunas constituyen una herramienta segura, eficiente y costo-efectiva para prevenir enfermedades, siendo la intervención sanitaria más salvadora después del acceso al agua potable. En Argentina, la Ley 27.491 de 2018 consagra la vacunación como un bien social y una política pública obligatoria, garantizando el acceso y la disponibilidad de las mismas.
El texto presenta datos alarmantes: en las Américas, entre enero y junio de 2025 se registraron más de 7.000 casos de sarampión y trece fallecidos, lo que implica un aumento de 29 veces respecto a 2024. La coqueluche también mostró un fuerte repunte, pasando de 4.139 casos en 2023 a más de 43.000 en 2024.
En Argentina, entre 2009 y 2019, la cobertura de vacunación cayó un promedio de diez puntos porcentuales, sin que ninguna vacuna superara el 90 % en 2019. La pandemia aceleró esta caída: en 2020 ninguna vacuna alcanzó el 80 %, lo que abrió paso a la reemergencia de enfermedades consideradas controladas.
En la Provincia de Buenos Aires, la recuperación iniciada en 2021 no ha alcanzado los niveles previos: en 2024, la cobertura de la vacuna quíntuple en lactantes fue de 75 % a los dos meses, 73 % a los cuatro, 69 % a los seis y apenas 61 % al refuerzo a los 18 meses. En tanto, la triple viral al ingreso escolar alcanzó solo el 55 %.
Kreplak advierte que el discurso negacionista erosiona la confianza en las políticas sanitarias y pone en riesgo a toda la comunidad. Remarca que la vacunación no es una decisión individual sino un acto colectivo de cuidado respaldado por la solidaridad. Termina enfatizando que defender la vacunación es defender la vida, la justicia social y el derecho a una salud digna, y que la salud no se discute.