
Instituciones en crisis: la salud entre negligencia, corrupción y responsabilidad compartida
En su columna publicada en el diario Clarín , el médico Ignacio Katz advierte sobre la fragilidad estructural del sistema sanitario argentino a partir del reciente caso del fentanilo contaminado. El episodio, sostiene, no es un hecho aislado, sino un síntoma de fallas sistémicas y de un entramado de complicidades que involucran a organismos como la ANMAT y la ANDIS.
Las declaraciones de una exempleada del laboratorio HLB Pharma, que señaló irregularidades y connivencia con la autoridad regulatoria, revelan -según Katz- la precariedad de un “pseudo sistema de salud” que, más que garantizar derechos, erosiona la confianza pública. En este sentido, el autor plantea que la corrupción y la negligencia terminan teniendo un mismo efecto: el deterioro de la obligación estatal de proteger la vida.
Katz subraya que la complejidad del ámbito sanitario exige comprender la interdependencia entre factores biológicos, sociales y políticos. Los medicamentos, explica, no tienen efectos uniformes y su seguridad depende de una cadena de controles institucionales que hoy se encuentra debilitada. Por ello, reclama que la idoneidad de los funcionarios no sea sólo técnica, sino también ética: sus decisiones deberían responder a criterios de salud pública y no a conveniencias políticas o económicas.
El artículo también cuestiona la “ceguera cognitiva” que lleva a muchos a ignorar o minimizar las fallas del sistema. Para Katz, esa negación es una forma de autoengaño que termina convirtiendo a los ciudadanos en cómplices pasivos de la crisis.
La salida, concluye, requiere asumir responsabilidades individuales y colectivas. Mirar de frente la vulnerabilidad y reconocer la propia participación en el entramado social es, según el autor, el único camino posible para promover un cambio real antes de que los próximos episodios vuelvan a cobrar vidas.