Hepatitis: la pandemia silenciosa que podemos detener

Hepatitis: la pandemia silenciosa que podemos detener

El 28 de julio es el Día Mundial de la Hepatitis y nos recuerda la urgencia de enfrentar una amenaza silenciosa pero letal: la hepatitis viral. Si no actuamos pronto, para 2040 esta enfermedad podría superar en mortalidad global a la malaria, la tuberculosis y el VIH/sida juntas, según estimaciones de la OMS. Actualmente, más de 1.3 millones de personas mueren anualmente por hepatitis B y C crónicas, y en América Latina, unos 10 millones viven con estas condiciones. Lo más alarmante es que muchas de estas muertes son totalmente prevenibles.

 

La hepatitis es una inflamación del hígado que, causada principalmente por virus, puede derivar en daño hepático severo y cáncer. Existen cinco tipos principales (A, B, C, D y E), cada uno con características distintas. La hepatitis A y E se transmiten por agua o alimentos contaminados, y aunque la A tiene una vacuna efectiva, la E no. En contraste, las hepatitis B y C se contagian por contacto con fluidos corporales infectados.

 

La buena noticia es que tenemos herramientas para combatir esta epidemia. La vacuna contra la hepatitis B ha demostrado ser crucial, reduciendo las tasas de contagio desde su inclusión en los calendarios de vacunación. Para la hepatitis C, aunque no hay vacuna, los avances en tratamientos permiten tasas de curación de hasta el 100%, lo que disminuye drásticamente el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado.

 

Es fundamental comprender que la fibrosis hepática, incluso en etapa de cirrosis compensada, puede ser reversible si se elimina el virus. La clave para superar esta crisis silenciosa es la concientización, la detección temprana y el acceso a tratamientos y vacunas. Desmantelar las barreras económicas y la estigmatización es crucial para salvar vidas y prevenir el avance de esta enfermedad evitable.

 

Fuente: SaberenSalud.