
Día Mundial del Corazón: alertan sobre las patologías cardíacas más frecuentes en la región
Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, una fecha que busca generar conciencia sobre la importancia de prevenir y tratar a tiempo las enfermedades cardiovasculares. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en las Américas las principales causas de muerte vinculadas al sistema cardiovascular son la cardiopatía isquémica -que suele manifestarse en forma de muerte súbita- y los accidentes cerebrovasculares asociados a la fibrilación auricular.
Las cifras son contundentes: se registran 73,6 muertes cada 100.000 habitantes por cardiopatía isquémica, 32,3 por accidente cerebrovascular y 10,6 por enfermedad cardíaca hipertensiva. En Argentina, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) estima que se producen anualmente 50.000 infartos, un número que podría reducirse con un mejor control de factores de riesgo como colesterol elevado, hipertensión arterial, obesidad y sedentarismo.
Muerte súbita, un desenlace inesperado
En el país, cerca de 40.000 personas fallecen cada año por muerte súbita cardíaca, lo que equivale a un caso cada mil habitantes. Ocho de cada diez episodios ocurren en pacientes con enfermedad coronaria previa, muchas veces sin síntomas evidentes.
Ante un colapso súbito, los especialistas insisten en la necesidad de actuar con rapidez: llamar a una ambulancia, iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y, si es posible, utilizar un desfibrilador externo automático.
“Actuar rápido es clave para recuperar a una persona de una posible muerte súbita” -explica la Dra. Mónica Benjamín (M.N. 136.543 / M.P. 550.639), cardióloga, especialista en Electrofisiología Infantil y cardiopatías congénitas-. “Las maniobras de reanimación cardiopulmonar a tiempo pueden definir la vida o la muerte”.
Fibrilación auricular y riesgo de ACV
La fibrilación auricular, una arritmia caracterizada por latidos caóticos e irregulares en las aurículas, multiplica por cinco el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Más del 90% de los coágulos que provocan un ACV se originan en el corazón, en el orificio auricular izquierdo. Entre los factores que pueden inducir esta arritmia se destacan la hipertensión, el consumo excesivo de alcohol o cafeína, la obesidad, la diabetes y los trastornos del sueño.
Los tratamientos van desde la medicación hasta procedimientos más complejos, como la ablación de campo pulsado o la oclusión del orificio auricular izquierdo, considerados altamente eficaces para prevenir eventos graves en pacientes con riesgo elevado.
“La Ablación de Campo Pulsado constituye una terapia innovadora, mínimamente invasiva, ágil y eficiente para prevenir la recurrencia en pacientes con fibrilación auricular” -manifiesta el Dr. Claudio Militello M.N. (75.754), médico especialista en Electrofisiología Clínica e Intervencionista Co-director de Ritmogénesis grupo médico que se dedica al tratamiento integral de arritmias en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT), Sanatorio Mater Dei, Sanatorio de la Trinidad Palermo y Sanatorio Sagrado Corazón.
Por su parte, el Dr. Pablo Spaletra (M.N. 129.332), cardiólogo intervencionista, especializado en cardiopatía estructural en el Instituto Cardiovascular Buenos Aires (ICBA) afirma que: “Es un procedimiento ya probado en más de 400.000 pacientes en las últimas dos décadas con alta eficacia comprobada y excelentes resultados para la prevención de ACV, ideal para pacientes contraindicados para la terapia farmacológica”.
Infarto agudo de miocardio
El infarto ocurre cuando una arteria coronaria se obstruye, impidiendo el flujo de oxígeno al músculo cardíaco. El dolor opresivo en el pecho que puede irradiar a hombros, cuello o brazo izquierdo, la falta de aire y la sudoración fría son señales de alarma. Un 25% de los casos puede ser silencioso, especialmente en mujeres, diabéticos y personas mayores.
El PHD Marcos Fernando de la Vega (M.P. 27768), médico cardiólogo, especialista en Cardioangiología Intervencionista (M.E. 12111) UBA-CACI asegura que: “Ante síntomas compatibles con un infarto, lo más importante es no demorarse: cada minuto cuenta para salvar el músculo cardíaco y la vida del paciente”.
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